Silvia Schujer: entre micrófonos, coros y canciones.

Los primeros pasos en la relación de Silvia con el mundo infantil fueron a través de la música.

Empezó componiendo canciones para su hijo Mariano, y terminó ganando un concurso y grabando un disco.
"El inicio de mi carrera está en las canciones que le cantaba a Mariano para enseñarle a bañarse o cuando estaba enfermo. De todas formas, viéndolo a la distancia, noto que esas canciones tenían cierto ángel. No intentaban, solamente, enseñar algo, sino que había una búsqueda poética. A él le encantaban, venían sus amiguitos del jardín, y esas canciones provocaban mucho enganche.
La música estuvo ligada siempre a mi vida, y llegué a grabar un disco que contenía algunas de las canciones que había hecho para mi hijo y algunas otras que compuse después. Además, en esa época surgió la primera edición de Cantaniño, y yo había presentado una canción que quedó seleccionada para el disco. La canción se llamaba Las frutas bailarinas y era para los nenes más chicos.
Ese fue el primer contacto con el mundo infantil, y la verdad es que fue lindo y divertido. Pero a mí no me gustaba cantar en público, así que, poco a poco, me fui yendo de ese ámbito".